¡Oye mamá, sí tú, la que parece una súper heroína pero con ojeras! Es momento de hablar de algo muy importante: el autocuidado. ¿Qué es eso, te preguntas? Bueno, es esa maravillosa pero a veces escurridiza práctica de poner tu bienestar en primer lugar sin sentir que estás descuidando a todos los que te rodean.
Primero que nada, dejemos algo en claro: ¡no eres una máquina! No importa cuántas veces hayas visto a la Mujer Maravilla en la tele, tú también mereces cuidarte y consentirte. Así que, ¿qué tal si empezamos por aceptar que necesitas un momento para ti misma? No hay nada de malo en querer un poco de paz y tranquilidad, incluso si eso significa encerrarte en el baño por cinco minutos extra.

Ahora, sabemos que puede ser difícil sacar tiempo para ti misma entre cambios de pañales y preparar la cena, pero aquí está el truco: ¡priorización! Sí, como lo oíste. Priorizar tu bienestar no es un lujo, es una necesidad. Así que, ¿qué tal si hacemos un trato? Por cada hora que pasas cuidando a los demás, dedica al menos unos minutos a cuidarte a ti misma. ¿Un baño relajante? ¡Sí, por favor! ¿Un capítulo de tu serie favorita? ¡Claro que sí!
Y no te sientas culpable por ello, ¿eh? Es fácil caer en la trampa de pensar que el autocuidado es egoísta, pero ¿adivina qué? ¡Es totalmente lo contrario! Cuando te cuidas a ti misma, estás recargando tus baterías para poder cuidar mejor de los demás. Es como cuando en el avión dicen que primero te pongas la máscara de oxígeno antes de ayudar a otros. No puedes cuidar a nadie si tú misma te estás ahogando.
Así que, ¿por qué no hacemos del autocuidado una fiesta? Invita a tus amigas, pongan música, hagan mascarillas faciales y ríanse de lo ridículas que se ven. ¿No es eso lo que se llama un viernes por la noche perfecto?
Y recuerda, mamá, eres increíble y mereces sentirte así todos los días. Así que hazte un favor y prioriza tu bienestar, sin culpas ni remordimientos. Y si alguien te dice lo contrario, simplemente muéstrales tu mejor sonrisa y sigue adelante, porque tú sabes lo que es mejor para ti. ¡A cuidarse se ha dicho!